Por distintas circunstancias, todos convivimos con el olvido: unas veces terapéutico y otras fruto de la enfermedad o de la incapacidad para recordarlo todo. En este proyecto abordé diferentes momentos de mi vida en los que el olvido había sido fundamental y los plasmé en forma de albúminas. Al emulsionar los papeles, dí las pinceladas de forma dispersa, imperfecta, borrosa… para potenciar la sensación de pérdida de detalle, de fragmentación… de olvido.
Para las dos imágenes de lugares, construí cámaras estenopeicas para potenciar la sensación de blur, de desenfoque y de pérdida de nitidez de la imagen.